He podido leer en Expansión que el regulador de las telecomunicaciones británico, Ofcom, ha abierto un expediente sancionador a Abbey International por su agresivo marketing telefónico. Al parecer la filial del Santander (cito textual) «ha hecho una mala utilización de las redes de telecomunicaciones de una forma que provoca molestias, inconvenientes y ansiedad a los consumidores» En España, esto empieza a ser ya también preocupante. A mí de momento no me provoca ansiedad, pero sí muchas molestias e inconvenientes cuando muchas noches estoy tranquilo en casa y recibo diferentes llamadas desde distintos bancos, compañías de telecomunicaciones o empresas de otros tipo, ofreciendo sus productos y servicios. Lo más grave es que cuando dices que no estás interesado y que no quieres volver a recibir llamadas, parece que sus sistemas de gestión de relación con los clientes (o las personas) no lo interpretan muy bien porque al cabo de pocas semanas se vuelve a producir otra llamada muy parecida a la anterior.
No creo que haga falta legislar todo esto, más bien debería primar el sentido común de las empresas en si son o no convenientes acciones de marketing de este tipo para captar nuevos clientes o vender otros productos a los ya existentes. Conmigo desde luego, no funciona. (pablo jimenez – otromarketing)