Os invito a un viaje de energía positiva en estos tiempos terribles de crisis que nos ha tocado vivir. Os invito a pasar unos días con Hope, la protagonista de «Prohibido quejarse» que después de pasar una etapa de lo más negativa, recibe el encargo de revitalizar una compañía en horas bajas, aparentemente, tras un escándalo público derivado por unos problemas en unas baterías. Y digo aparentemente, porque al parecer ésta es sólo la punta del iceberg de la historia de una compañía que ha venido arrastrando, en la última, época multitud de problemas ocultos tras la sombra de los beneficios, pero con unos trabajadores poco motivados.
Acompañar a Hope, en esta historia de Jon Gordon y publicada por Empresa Activa, nos demuestra como pequeños detalles y gestos de carácter cotidiano, nos pueden hacer valorar situaciones desde otros puntos de vista y como personas que no esperábamos, nos pueden dar la clave y la solución a muchas de nuestras preocupaciones diarias. Debido a un problema de salud, nuestra protagonista descubre una maravillosa regla que empieza a implantar en su empresa, de la mano del Director General y en su vida personal con sus hijos, cuya relación no pasa por los buenos momentos.
El resultado es un cambio radical de actitud ya que, a partir de un determinado momento, no será posible ser quejica por naturaleza y se empezarán a ver las situaciones desde un punto altamente constructivo. A través de pequeñas herramientas será posible desarrollar planes de acción para establecer reglas de Prohibido Quejarse.
Una vez oí en una conferencia de Jorge Valdano que, desde su punto de vista, en las empresas las personas positivas tenían que cobrar el doble que las personas negativas. No le faltaba razón. Aunque está teoría es muy difícil de aplicar en la práctica, al menos lo que podemos intentar es que «Prohibido quejarse» llegue hasta las manos de todas esas personas que consumen los recursos positivos que debe tener toda organización destinada al éxito. (pablo jiménez – otromarketing.es)
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