Estos días estoy participando en un seminario de Marketing Inmobiliario organizado por el Club de Marketing de Navarra en Pamplona, con diferentes actores del sector, principalmente promotores, constructores y algún arquitecto. El objetivo durante es dos días es analizar, de la mano de Alberto Alcalde, excelente docente y Director Comercial de Promart, la situación actual de un mercado castigado por la crisis y determinar como el marketing puede ayudar a estas empresas a posicionar sus marcas y productos, ahora que las reglas del juego han cambiado. Finalizada la primera jornada me vienen a la mente un par de reflexiones.
La primera es la consideración que buena parte del mundo inmobiliario tiene del marketing. Es evidente que en un momento de crisis generalizada, las empresas están inmersas en un boom de acciones promocionales (en algunos casos malas) constantes que está generando una guerra de precios que genera desconfianza en el consumidor que prefiere esperar hasta la próxima bajada. Parece por tanto que tan sólo está pata del mix está siendo aplicada. Muchas compañías parecen olvidar que el marketing y la comunicación bien aplicados en cualquier empresa (y en el ámbito inmobiliario también) pueden ser excelentes referentes que, junto con el resto de disciplinas y una adecuada coordinación y visión estratégica pueden permitir reorientar un mercado de escasa demanda.
La segunda reflexión es apreciar como esta situación no es generalizada y algunas empresas del sector ya están trabajando en sus sus políticas comerciales y de marketing aprendiendo de otros sectores, al aplicar nuevas ideas en este campo más allá de la promoción basada en bajadas de precio. En este sentido, Hábitat acaba de anunciar cambios en su dirección general y en otros puestos clave y algunas empresas ya fomentan iniciativas para vender su exceso de suelo. Tan sólo tres ejemplos mostrados en clase por Alcalde en el día de ayer: Tú y yo somos uno somos dos, Room One y Moma Lofts (pablo jiménez – otromarketing)