Es muy habitual la utilización de embajadores de marca para promocionar productos como el tabaco, el alcohol… entre los jóvenes dentro del mundo de la noche. Suele ser gente anónima pero de elevado reconocimiento en un grupo y con importantes e interesantes conexiones a nivel social. Son lo que Malcolm Gladwell denomina como “conectors”. Esta estrategia de marketing de prescripción choca con la apuesta de muchos años atrás de cantidad de anunciantes que asocian su marca y sus valores, con personajes muy famosos del mundo del deporte, la moda, el cine, etc. En el cole, los profesores de publicidad me enseñaron que usar la imagen de personajes conocidos para anunciar tus productos, a veces no es creíble y que los consumidores se dan cuenta de que están siendo pagados por una marca para destacar sus beneficios y virtudes. Esto se multiplica, si además vemos como algunos “nombres anuncio” se marchan al principal competidor después de recibir una buena oferta. Por ejemplo ¿Qué jugador del FC Barcelona estaba el año pasado con Coca Cola y este año está con Pepsi? ¿Qué piloto de F1 anunciaba hasta hace poco tiempo Movistar y ahora está un equipo Vodafone? Si tengo que elegir, prefiero poner un embajador de marca en mi vida para hacer otro marketing.
